¿Cómo fueron los minutos previos a la desaparición de Guadalupe?
Pasan las horas y lo único que toma fuerza es que a la menor se la llevó alguien. El caso movilizó a la provincia y la buscan en todo el país.
Guadalupe Belén Lucero tiene 5 años y va al jardín, en la Escuela Puertas del Sol. Vive en la casa 3 de la manzana 238 del Barrio 208 Viviendas, en el norte de la ciudad. El lunes su familia ya tenía un plan organizado para terminar la jornada: el cumpleaños de su tía y madrina Georgina. Alrededor de las 17, junto a su madre, Yamila Cialone, partió hacia el Barrio 544 viviendas.
Allí se encontró con sus primitos, y compartieron un chocolate. Sobrinos eran la mayoría de los invitados de la cumpleañera. La tarde ya había caído cuando de repente comenzó una pesadilla. De un momento para el otro a Guadalupe no la vieron más.
Ya pasaron 72 horas de ese momento, y no se sabe dónde está. Hay constantes operativos de búsqueda pero no pueden dar con ninguna pista. Se hicieron más de 130 allanamientos y todo hasta el momento arroja resultados negativos. Llegó a la provincia un equipo especializado para el asesoramiento en la búsqueda, las fuerzas nacionales y más perros de rastreo.
De los testimonios se pueden reconstruir cómo fueron los minutos previos a que los niños la vieran por última vez. Guadalupe no tiene amigos en ese barrio, solo a su papá, Eric Lucero, que vive a unas tres cuadras.
Después de la merienda y de una foto grupal, los más chicos quisieron salir a jugar a la vereda. Nadie se preocupó porque la casa está ubicada sobre la manzana ‘H’, y según advirtieron después, por ahí no hay mucho movimiento de vehículos y no imaginaron lo que vendría después.
Ella estaba con dos primitos, con su hermano de 9 años y su hermanastro (el hijo de la pareja de la madre). Sobre el asfalto habían dibujado un tejo, hasta que en cierto momento decidieron jugar a las escondidas. Los menores son los testigos que le dan fuerza a la hipótesis de que alguien la secuestró.
La primera en advertir que su prima no estaba fue Ema, de 3 añitos. Cuando no la encontró entró a la casa y avisó: “Guada no está”. Eran cerca de las 19:30, y entonces comenzó una búsqueda desesperada.
La pequeña vestía una campera negra, calzas rosa y un buzo del mismo color con la inscripción “love”. Llevaba puestas unas botitas. Su cabello es bien negro. Su madre la había abrigado minutos antes porque la noche estaba fresca.
De las declaraciones se desprenden otros detalles. Que Guadalupe se escondió detrás de un camión y que después una mujer alta se la llevó; que caminaron hacia la esquina y que doblaron hacia el descampado. Desde allí, las salidas hacia la Autopista de las Serranías Puntanas son rápidas.
A esa hora no había nadie en la calle, no solo por las bajas temperaturas, sino posiblemente porque al mismo tiempo se disputaba el partido entre Argentina y Chile por la Copa América.
A medida que los tíos comenzaron a golpear las puertas la gente salió y se sumó a los rastreos que iniciaron por los campos antes que llegara la Policía. Aunque sabiendo que su hija no se va sola a ningún lado, Cialone decidió ir hasta la vivienda de su ex, pero ahí no la encontró, y el hombre comenzó a buscar.
Como en la zona no hay cámara de seguridad, el trayecto que hizo la nena con la supuesta captora no quedó registrado. Si se fueron en auto y o si esa persona era una conocida de Lupe, siguen siendo parte de los interrogantes. Ya se sabe que las imágenes de video que secuestró la Policía no aportan datos relevantes. Tres días después la falta de respuestas y de pistas concretas sobre el paradero avivan la incertidumbre.
En la siesta de este jueves el juez Ariel Parrillis llamó a los familiares más cercanos de la nena a ampliar sus declaraciones. Por la noche los testimonios continuaban. Acompañaban autoridades del Juzgado y un equipo de psicólogos.
El procedimiento se realizó en la Jefatura Central donde hizo base un equipo del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), integrantes de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y representantes de la Policía Federal (expertos en investigaciones y en rastreo con canes).
Oficialmente se informó que de Córdoba y San Juan llegaron brigadistas, perros de rastreo y analistas en comportamiento criminal.